Cuba: los niños del odio

 14 de junio de 2003

 

Castro utiliza a niños de escuela primaria para injuriar a mandatarios extranjeros

 

Quizás algo que ha pasado inadvertido para la mayoría de los que siguen con atención el desarrollo de los acontecimientos en Cuba es la forma vergonzosa en que el dictador cubano utiliza a los niños para sus fines.

 

Así, desde hace un tiempo acá el gobierno cubano, apoyándose en educadores y psicólogos poco escrupulosos, ha hecho una selección de niños de escuela primaria que poseen facilidad para la oratoria, y los ha entrenado para que memoricen largos discursos que rezuman odio, no sólo contra el imperialismo o el presidente Bush, sino también capaces de llamar fascistas, estúpidos e imbéciles a cualquier otro que disguste a Castro.

 

No se educa a estos niños siquiera para seguir un determinado ideal, que pudiera ser correcto o no.  Se les educa para reproducir en público, de manera efectista, el temperamental estado de ánimo del dictador en un momento determinado. 

 

Se les educa a exhortar ante un auditorio el odio a los que disgustan al dictador.

 

Entrenados para repetir como papagayos lo que evidentemente no pueden comprender, estos niños han pasado a formar parte de la corte de Castro, con la anuencia quizás un tanto forzada de los padres.  O tal vez estimulada por las posibles ventajas que de ello pudieran obtener.  Castro los monta en un avión y los envía a “echar discursos” rezumantes de odio en cualquier reunión internacional que  se le antoje.  O los emplaza en una tribuna frente a una embajada a insultar figuras públicas.   Las ultimas “victimas” de estos pobres niños: los presidentes de España y de Italia.

 

Castro no será eterno.  Y  la secuela de este odio hará de estos niños futuros inadaptados en cualquier sociedad post-castrista.

 

Aquellos interesados en los derechos del niño deberían tomar nota de estas realidades.